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En 1998, los hermanos Iker y Asier Ulibarri decidieron reconstruir el caserío Isuskiza, en la misma zona donde sus ovejas latxa habían pastado durante muchos años.
En 2002 plantaron 2,2 hectáreas de uva hondarribi zuria como complemento a la labor de pastoreo y producción de queso de Idiazabal.
Sus txakolis son vinos “terroir”, procedentes de viñedos producidos de forma ecológica y adaptados a tierras sin aportación. Gracias a estas uvas de gran calidad se obtienen vinos de gran personalidad.
El txakoli fermenta en barricas de roble francés, ni se estabiliza, ni se filtra. De esta forma, consiguen un mayor potencial organoléptico y un mejor envejecimiento.