Tu cesta esta vacia

Nieto de un pastor e hijo de un agricultor, Iker conoció desde pequeño lo que era trabajar duro, mirar los elementos y aprender de la naturaleza lo que es. Con esta curiosidad realizó Ciencias Ambientales en la universidad de Vitoria-Gasteiz y recibió formación teórica y práctica en diversos lugares de Europa.
En sus viajes conoció a la Valona Alice Bridoux. Tras sus estudios de comunicación audiovisual, artes escénicas, gestión cultural y pedagogía, Alicia se lanzó a conocer el mundo. En esos viajes realizó formaciones en permacultura, horticultura y pedagogía activas que le abrirían camino hacia el futuro.
Una idea común unió a Iker y Alicia: vivir en armonía con la naturaleza, cuidando de la tierra y de los seres, respetando sus ciclos y sus necesidades, emprendiendo cada día por el bienestar y la alegría, en definitiva por un mundo mejor.
Así, en 2015 regresaron a Labraza y crearon el proyecto Hontza. Primero se dedicaron a adaptar los viñedos del padre de Iker a la producción ecológica y luego empezaron a sumergirse poco a poco en la agricultura biodinámica.
Labraza es un pueblo de 100 habitantes situado en el término municipal de Oyón, en el límite entre Álava y Navarra, a 670 metros de altitud. Una altura que, a pesar de estar en el clima mediterráneo, dan frescura a los vinos creando una especie de microclima.
En la actualidad son ya 12 las hectáreas con certificación ecológica. Sus viñedos tienen edades comprendidas entre los 30 y los 100 años y están situados tanto al norte como al sur, al este o al oeste, por lo que ofrecen excelentes condiciones para la producción de vinos diferenciados por parcela.
La mayoría de los suelos son de barro y cal, a veces de arena y generalmente muy pobres.
Todas las variedades de uva que cultivan son autóctonas, principalmente tempranillo y algo de garnacha y viura pero también otras casi perdidas como la mazuela, Miguel de Arco, cojon de gato, parrillera, calagraño…
Aunque desde el principio se iniciaron en el ecológico, no bastó con ello y enseguida se pusieron a hacer las primeras pruebas de agricultura biodinámica. Actualmente se encuentran totalmente inmersos en la biodinámica que une los conocimientos de la ciencia contemporánea con los aspectos espirituales del ser humano y de la naturaleza. Un camino para entender la vida en su totalidad para Iker y Alicia.
Los preparados utilizados para el cuidado de los viñedos son totalmente naturales, homeopáticos y recogidos en su entorno.
Son respetuosos con el zumo de uva procedente de los viñedos en la bodega y no le quitan ni añaden nada ni utilizan ninguna técnica de estabilización o filtración. El objetivo es reflejar la originalidad de sus terrenos en los vinos, sin adaptaciones. Así producen vinos naturales potentes y llenos de energía.