Gil-Berzal

Bodega Gil Berzal

Saul y Benjamín Gil Berzal

Guardia (Araba)

En 1936 Luis Gil y José Luis Berzal elaboraban vinos de gran calidad. Pasaron su pasión a sus hijos y no es casualidad que se conocieran en los viñedos José Luis Gil y Gloria Berzal. Se casaron unos años más tarde y fundaron Bodega Gil Berzal. En 2009, los hijos de José Luis y Gloria, Saúl y Benjamín tomaron una sucesión que redobló la respetuosa vigilancia de los viñedos llevada hasta entonces. En 2012 iniciaron el camino para obtener la certificación ecológica y pronto comenzaron a elaborar sus propios vinos (hasta entonces vendían el vino sin embotellar). A partir de 2014 iniciaron las primeras prácticas de agricultura regenerativa y agricultura biodinámica cuidando la biodiversidad y los bosques y disminuyendo su intervención. Para 2018 se empiezan a ver claros avances en la fuerza de los viñedos, la riqueza de las tierras y la complejidad de los vinos.

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Tierra, clima y variedades de uva

18 hectáreas de viñedos con edades comprendidas entre 30 y 130 años en Laguardia y Baños de Ebro. Son terrenos pedregosos, de cal, arena y barro. La vid es la única que puede aprovechar todas sus propiedades en estas tierras áridas.

Los viñedos se encuentran al sur de la sierra de Toloño, entre colinas y montañas, a una altura de 600-700 metros. Las pequeñas parcelas dispuestas en las terrazas generan una única orografía y su ubicación les proporciona una heliotermia más alta correspondiente a estas latitudes.

Utilizan exclusivamente los tipos de uva autóctona: tempranillo, garnacha, viura y malvasia principalmente.

Son viñedos de muy bajo rendimiento y así consiguen uvas de gran calidad.

Debido a que el clima mediterráneo y el atlántico están situados justo encima de la frontera, según los años sus vinos se ven influidos por uno u otro clima.

Viticultura

A la hora de trabajar en los viñedos tienen muy presentes las tradiciones, los conocimientos y los ritmos de sus antepasados sobre la naturaleza. Quieren conservar los paisajes, la naturaleza y la vida rural. Ellos lo llaman viticultura bohemia, agricultura regenerativa y que abordan con prácticas de agricultura biodinámica. Mediante vinos libres y salvajes quieren expresar su verdad y su tierra.

Combinando viñedos en su medio natural los protegen de enfermedades y ayudan a desarrollar un ecosistema propio. Además, elaboran sus propios preparados con plantas, minerales y microorganismos que la naturaleza y la propia tierra les proporcionan para el cuidado de las vides.

Saúl y Benjamín tienen claro que lo primero que hay que cuidar es la tierra más que la vid y por eso dejan que se forme la cubierta vegetal.

Año tras año ha ido disminuyendo el uso de cobre y azufre (1 kilo/hectárea).

Vinicultura

Saúl y Benjamín prefieren la calidad a la cantidad y ese es el lema que marca su rumbo. Elaboran vinos del pueblo, vinos de la parcela y vinos de los parajes, uniendo así la especificidad de sus vinos a la tierra.

También por eso usan levaduras propias para la fermentación, que son las que mejor expresan las propiedades de estas tierras.

Son vinos elegantes y finos que acarician la boca. Traen los olores del Mediterráneo, pero también la frescura del Atlántico.

En los dos últimos años han empezado a explorar el camino de los vinos naturales con la nueva línea ‘Buscando…’.

Los vinos de Saul y Benjamin